Los drones son un complemento excepcional para la fotografía inmobiliaria.
Su uso se ha popularizado y en poco tiempo se ha convertido en una herramienta imprescindible par el trabajo de los fotógrafos de casas.
Los motivos son varios, el principal que la tecnología de los artefactos voladores está al alcance de la mayoría de profesionales, no hace falta hacer una gran inversión para tener un drone.
La versatilidad para poder tomar fotografías y videos hace que se obtengan resultados espectaculares. Las diferentes perspectivas que obtenemos con los drones nos permiten conseguir imágenes increíbles y son imposibles de conseguir de otro modo.
Las fotografías aéreas nos permiten obtener información que a pie de calle no obtenemos.
Es un complemento ideal para las fotos, con el drone no se puede obtener fotos en interiores, las cámaras tienen mayor calidad y son mas versátiles para fotografiar interiores.
Son dos maneras de conseguir el mismo propósito, dar a conocer un espacio, con la cámara conseguimos enseñar los detalles y los espacios interiores, con el drone obtenemos unas imágenes más globales del entorno y de las características más generales del edificio.
No todo son ventajas a la hora de utilizar el drone, la normativa es muy estricta. Está totalmente prohibido volar en zonas urbanas, sobre concentraciones de gente, cerca de aeropuertos y espacios naturales protegidos.
Lamentablemente la facilidad de comprar un drone provoca que la mayoría de personas que tienen un drone no conozcan la normativa.
Otro punto de la ley es que para trabajar con drone es obligatorio obtener el título de piloto y darse de alta como operador. No es un mero trámite ya que para conseguir el título se tiene que aprobar un examen teórico y otro práctico.
Los pilotos de drone, acreditan unos conocimientos de la normativa y experiencia de vuelo
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